Isabel Sendales y Gómez

Isabel Zendal nació en Santa María de la Parada en 1773. Su biografía es una incógnita, pues los datos de que disponemos nos han llegado a través de obras y novelas, por lo que son difícilmente demostrables, como el que trabajase en la casa de un enfermero. Otro ejemplo es su primer apellido, del que existen 35 variantes, aunque el más utilizado es Sendales (2).

Fue directora de la Casa de Expósitos desde 1800, labor en la que destacó por la mejora de la salubridad del centro al arreglar los tejados, acristalar los ventanales, iluminar las habitaciones e instalar cepos para los roedores. Estas medidas respondían a las recomendaciones derivadas del desarrollo de la teoría miasmática y a la reconsideración de las ideas hipocráticas que postulaban que el ambiente era la principal causa de enfermedad de la población. También promovió la higiene de los niños y la limpieza periódica de sus enseres; además de cuidar personalmente de aquellos que enfermaban (2).
Debido a su dedicación y entrega al cuidado de los niños, Francisco Javier Balmis consideró esencial su participación en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna Variólica. Fue contratada como Rectora, aunque más tarde se le nombró enfermera, siendo la responsable del cuidado de los niños expósito seleccionados como reservorio de la vacuna antivariólica.

La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna Variólica

A lo largo de la Historia, la viruela ha sido descrita como enfermedad contagiosa por médicos de todas las épocas y civilizaciones desde la Edad Antigua hasta su erradicación el siglo pasado. La presencia de esta infección en el pensamiento colectivo era tal que, en el siglo XVII, se decía que “un niño no era de su madre hasta que había superado la viruela” (3).
En torno al año 1800, los continuos y repetidos brotes de viruela estaban diezmando la población de los territorios americanos de la Corona Española. Tras el desarrollo de la vacuna antivariólica por Edward Jenner durante los últimos años del siglo XVIII, el Rey Carlos IV puso en marcha un proyecto para llevar la vacuna a Nueva España y que encargó al Doctor Francisco Javier Balmis, uno de los médicos especialistas en la administración de la vacuna en
España (4).

El viaje diseñado por Balmis comenzaba en A Coruña, desde donde partirían hacía Puerto Rico y Caracas (América) tras una escala en las Islas Canarias. Una vez en Nueva España, la expedición se dividiría en dos para cubrir los territorios al norte y al sur de Caracas.
El doctor Balmis resolvió el problema del transporte y conservación de la vacuna utilizando niños sanos de 8 a 10 años como reservorios naturales de la infección: realizando una vacunación encadenada de brazo a brazo, inoculando las pústulas de un niño infectado a otro que no lo estuviera. Este fue uno de los motivos por los que se decidió partir desde A Coruña, ciudad en la que no estaba extendido el uso de la vacuna antivariólica y allí se encontraba la Casa de
Expósitos, por lo que era más fácil encontrar niños sin vacunar (3).

Isabel Zendal fue la única responsable del cuidado de los niños huérfanos que participaron en la expedición. Un cometido capital para el logro de los objetivos de la empresa, pues “en ellos” se transportaba la vacuna antivariólica. Isabel se encargaba de que los niños infectados recibiesen los cuidados necesarios para superar la enfermedad y que estos estuvieran separados de los que aún no la habían pasado. De la misma forma que hacía en la Casa de Expósitos, se preocupaba de su higiene y de que llevasen la mejor alimentación posible.

Se desconoce cuántos niños se utilizaron durante los 7 años que duró la expedición. Sabemos que embarcaron 22 y que, según los cálculos de Balmis, eran necesarios otros 12 niños cada 30 días. Se les considera benefactores de la humanidad, pues gracias a ellos fue posible la vacunación de la población de tres continentes distintos (5).

Significado histórico de la expedición

La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna Variólica está considerada el primer proyecto de vacunación a nivel mundial, gracias al cual se sentaron las bases que llevaron a erradicar la enfermedad en 1980 (6).
Entre otros méritos, se le atribuyen la generalización de los programas de vacunación de obligada prestación por parte de los gobiernos y la instauración y regulación de la vacunación como práctica popular durante los primeros años de vida.

Podemos encontrar vestigios de la expedición en países de todo el globo y la historia de los protagonistas del viaje se ha narrado a través de novelas como Saving the World, de Julia Álvarez, Ángeles custodios, de Almudena Arteaga, Los héroes olvidados, de Antonio Villanueva, A flor de piel, de Javier Moro o Los niños de la viruela, de María Solar. Se han rodado películas como 22 ángeles de Miguel Bardem.

La expedición y sus protagonistas han pasado a la historia como los precursores de la salud pública. Actualmente, sus nombres continúan evocando valores como el sacrificio individual en favor del bien común, la lucha contra la enfermedad y la protección de la población. De hecho, en la actual pandemia por coronavirus, la misión de ayuda sanitaria que está llevando a cabo el ejército español ha recibido el nombre de Operación Balmis, en honor a los héroes de la expedición.

Bibliografía

  1. Bustamante, Miguel E. La primera enfermera en la historia de la salud pública. Salud pública de México. 1975; 17: 353-63.
  2. Ramírez Martín, Susana; Tuells, José. Doña Isabel, la enfermera de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. Vacunas. 2007; 8 (3): 160-6.
  3. Comisión Balmis del Cuerpo Militar de Sanidad. Bicentenario de la “Real Expedición Filantrópica de la Vacuna” 1803-1806. Medicina Militar Española. 2004; 60 (2): 69-160.
  4. Asensi Botet, Francesc. La real expedición filantrópica de la vacuna (Xavier de Balmis/Josep Salvany). 1803-1806. Revista Chilena de Infectología. 2009; 26 (6): 562-7.
  5. Ruiz Cisneros, Patricia. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna Variólica y la participación enfermera. 2019. [Trabajo de Fin de Grado].
  6. Galindo Santana, Belkys. Homenaje en el 200 Aniversario de la introducción de la vacuna de la viruela en América. Revista Cubana de Medicina Tropical. 2004; 56 (3): 161-2.