Hablamos con María Laviña, enfermera en la consulta pediátrica post UCI del Hospital Niño Jesús de Madrid

El Hospital Niño Jesús ha dado un paso más en el cuidado de los pacientes pediátricos. El centro hospitalario ubicado en Madrid ha puesto en marcha una consulta post UCI que consiste en la valoración de los niños que han requerido un ingreso en cuidados intensivos. “Muchas veces cuando se les da el alta, continúan presentando secuelas físicas, psicológicas o mentales. Valoramos cómo evolucionan al incorporarse a su vida normal”. Es la valoración que hace María Laviña, enfermera e integrante de la consulta.

La iniciativa toma como referencia el servicio que ya existe para adultos. Surge de la necesidad de dotar a los menores de un recurso que les permite estar protegidos al regresar a su rutina.

Muchas veces cuando se les da el alta, continúan presentando secuelas físicas, psicológicas o mentales. Valoramos cómo evolucionan al incorporarse a su vida normal

La enfermería, un pilar fundamental

“El papel de la enfermería es muy importante, ya que la consulta posterior empieza en el ingreso en la UCI. Yo soy enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos y es ahí donde se detecta qué niños son candidatos a la consulta y cuáles no. Hay un protocolo descrito en el que hay niños que sabemos que van a ir a la consulta y otros que se valoran entre la enfermera, la médico y la psicóloga que conforman el equipo”.

Una vez que los pacientes llegan a la consulta, se valoran las escalas y se les realiza un examen físico que requiere la intervención de una enfermera para la realización de las analíticas, la toma de las constantes y de la tensión. “Una vez tenemos las escalas, valoramos, al tratarse de un equipo de multidisciplinar, cuál es la continuidad de ese paciente”. 

Secuelas visibles e invisibles

María Laviña reconoce que el perfil de paciente más habitual es el de aquellos niños que han requerido drogas vasoactivas, respiradores, , cirugías importantes o politraumas. Las consecuencias físicas de los ingresos prolongados suelen derivar en cansancio y, a nivel psicológico en estrés, depresión, enfados constantes y dificultades para concentrarse. La afectación psicológica no es visible a simple vista, pero el abordaje de esta consulta post UCI pediátrica sí lo contempla. “Las estancias prolongadas en UCI afectan mucho psicológicamente. Es lo que más vemos, tanto a niños como a familias. A las familias también les cuesta mucho volver a la vida normal y desproteger al niño. Salen muy sobreprotegidos y les cuesta dedicarse de nuevo tiempo así mismas como familias”, reconoce Laviña.

Pese a las dificultades, María reconoce que la labor que realiza este equipo multidisciplinar del Hospital Niño Jesús merece la pena. “El día a día en la consulta pediátrica es muy bonito porque vemos evoluciones muy impactantes”.